Buenos días mi estimados lectores (as), después de un breve receso, les traigo aquí un nuevo escrito, el cual titularé HOY, MAÑANA Y SIEMPRE.
Muchas veces hemos dicho, que no se debe vivir de los recuerdos, que las cosas malas que nos pasaron hay que dejarlas atrás y que nos dediquemos a vivir el presente, porque no sabremos que podrá pasar mañana. Me considero de los que aplican esa forma de vida, y no es que sea valemadrismo o que no hagamos algo para el futuro, no, se pueden ir haciendo cosas en el presente que servirán en el futuro, sin que necesariamente se hagan pensando en lo que vendrá.
Sin embargo, ¿Qué hay con los buenos recuerdos?, esos que nos han dejado una sonrisa, una imagen, un sonido, un aroma o un buen sabor de boca, por decirlo de alguna manera. Esos a mi personal punto de vista, deben ser recordados, preservados y conservados. Es decir son cosas del ayer que deben seguir con nosotros hoy, mañana y siempre. ¿Porqué?, simplemente, porque nos hacen ser lo que somos, y ya se también los recuerdos malos son experiencias, pero seamos honestos, de eso podemos tomar lo que nos sirve y lo demás desecharlo. Porque a quién le gusta estar pensando, en cosas que causan dolor. Bueno si a los masoquistas, pero la mayoría no somos así.
Tengo muchos recuerdos buenos (afortunadamente), y realmente espero que todo aquel que lea este escrito (y el que no también) los tenga. Puedo reducirlos a un ejemplo de cada uno, imaginemos que tenemos recuerdos dependiendo el sentido del cuerpo humano en que se crean, los mios serían los siguientes:
Visión: debo decir que he visto muchas cosas lindas en mi vida sin embargo una de las mejores que mis ojos han tenido fortuna de guardar en mi mente sucedió, una tarde por allá de 1982 y 1983, la verdad el año no lo recuerdo bien, estaba muy pequeño, pero lo que tengo muy claro en mi mente, es que ese día estaban jugando los Dodgers de los Angeles, y estaba de pitcher Fernando Valenzuela, todo esto paso en casa de un tío, mientras mi papá y tío veían el beisbol, yo me encontraba jugando en el patio trasero, y me dio por voltear a ver el cielo. Eran entre dos y tres de la tarde, esa tarde estaba soleada, vi el cielo mas azul que he visto en toda mi vida, había dos o tres pequeñas nubes blancas, muy blancas, las cuales solo acentuaban más ,el mágico color azul de ese cielo. Esa imagen la he llevado conmigo desde ese día, yo tendría entre 5 y 6 años, y aún no he podido ver un cielo tan bonito como ese, y es un recuerdo que no quiero, ni pretendo soltar en lo que me quede de vida. COMO QUERER DESPRENDERSE DE UNA DE LAS MEJORES VISTAS DE MI VIDA.
Audición: hay muchos sonidos, que me han acompañado desde mi niñez, sin embargo como son ejemplos solo pondré uno, quizá lo mejor de mi infancia era el hecho de llevarle mañanitas a alguien, y es que cuando estaba pequeño, acostumbrábamos, a llevar mañanitas y no les hablo de mariachis y eso, no para nada, las mañanitas consistían en unos ricos y deliciosos sándwiches, elaborados por mi abuelita, uno o dos termos llenos de café, generalmente elaborado también en casa de mis abuelos, una grabadora con baterías, el disco de mañanitas con Pedro Infante y levantarnos temprano a tomar por asalto la casa del festejado. Previo aviso a alguien de la misma casa, para que estuviera al pendiente, para abrir el portón cuando llegara toda la comitiva. Es ahí donde a oscuras nos reíamos un poco, unos callaban, otros guiaban, tropezaban, etc. A veces por alguna razón no se llevaban baterías, entonces se buscaba una extensión para poder conectar la grabadora, es ahí donde viene uno de los sonidos típicos familiares y que en sí a mi me hacen muy feliz. Las mañanitas con Pedro Infante, en las que dicen: En la fresca y perfumada mañanita de tu santo recibe mi bien amada la dulzura de mi canto encontrarás en tu reja un fresco ramo de flores que mi corazón te deja chinita de mis amores y callan al del GUITARRON, es ahí donde se encendían las luces y mi abuelo irrumpía en la casa del cumpleañero (a), abríamos los termos con café y sacábamos los sándwiches, a abrazar, felicitar, reír y comer. ESA CANCION LA LLEVARE SIEMPRE.
Tacto: en serio que estar aquí escribiendo no es tan fácil, hay muchas cosas que podrían figurar en cada uno de los sentidos, y yo me metí en el problema de poner solo una como ejemplo, veamos, si me refiero a recuerdos trataré de poner los más cercanos a mi niñez, bueno va uno que incluye también un poco de VISTA, pero es que es difícil separarlos. Marzo de 1982, desperté una mañana y me encontré con la sorpresa de salir al patio de la casa, en esa época vivíamos en unos cuartos pequeños, que mi bisabuelo le rentaba a mis papás, todo estaba cubierto de un polvo blanco, y es que la noche anterior había hecho erupción el volcán Chichonal, ubicado en el Estado vecino de Chiapas, y que no quedaba tan lejos de donde vivíamos en aquella época, una erupción muy fuerte, según entendí después, el caso es que yo al ver todo blanco, me imaginaba jugar con nieve, obvio vivo en el trópico y no hay nieve aquí, pero bueno era un niño, así que la imaginación está despierta. Jugué todo el día con la ceniza, la tocaba, la mojaba, hacia bolitas, la aplastaba he iba marcando mis zapatos, la pateaba, etc. Después de eso, me fui a dormir, a la mañana siguiente, cuando desperté obviamente quise abrir los ojos, siendo mi sorpresa, que como había estado jugando todo el día anterior con la ceniza del volcán, se me había formado una capa tipo cemento en los ojos, obviamente las lagrimas que generan los ojos se unieron a los restos de ceniza, y de ahí mi problema, el cual duró aproximadamente 3 días, el caso es que me tenía que abrir los ojos con las manos después de dormir, porque mis parpados no tenían la fuerza suficiente mis para hacerlo ellos solos, es por eso que no olvidaré, aquellos días en que jugué con ceniza volcánica y que me entro en los ojos un poco de ella. MI CONTACTO CON LA CENIZA DEL VOLCAN CHICHONAL, UN RECUERDO PARA SIEMPRE.
Olfato: olores, benditos olores, no cabe duda, que el olfato es uno de los sentidos, que menos apreciamos, y es que supongo que es uno de los que menos problema presenta, porque bueno, creo que es de lo que menos se enferma la gente, no hablemos de gripes y eso, si, no al hecho de no percibir los olores, muchos podrían ser los mencionados en esta categoría, sin embargo hay uno en especial, que me recuerda mucho mi niñez, y es la Flor Gardenia, el olor que despide esa flor es una transportación automática a mis primeros años, a la felicidad que representa ser niño, a mi abuelita, y a su altar de la Virgen de Guadalupe, todas esas cosas, se conjugan en ese olor, y es que cuando era niño, hubo una temporada que viví con mis abuelos, por esas fechas en su casa había un arbusto grande de Gardenias, y cuando le salían las flores, mi abuelita cortaba alguna de ellas y las colocaba en el altar; mismo que se encuentre ubicado, sí después de 30 o más años sigue en el mismo lugar, justo entre la sala y el comedor, yo pasaba mucho tiempo en su casa, y cada que pasaba por ahí, me llegaba el olor de la flor y muchas veces, me dejaron poner a mí las flores a la virgen, cosa que era un honor, o al menos así lo veía yo, porque eso representaba, que mi abuelita nos dejara cortar sus tesoros, (siempre ha querido mucho sus plantas) y entregárselos a la virgen, que cabe resaltar que mis abuelos son muy devotos. Cada que me llega el olor de la Gardenia, viene acompañado de muchos y muy buenos recuerdos para un servidor y de mucha paz. GARDENIA, OLORES QUE SE QUEDAN SIEMPRE, A PESAR DEL TIEMPO.
Gusto: los sabores, son importantes para nosotros, y es que desde niños hemos venido incrementando nuestro conocimiento ayudados en el gusto, porque no pueden negar que muchas cosas que les gustaba de niños ahora ya no se les hacen atractiva y viceversa, cosas que ahora nos gustan de niños no nos agradaban para nada, unos de los sabores que más disfrute en mi infancia fue un cereal en polvo, llamado CERELAC, y no es gol, simple y sencillamente, ese cereal me encantaba, y no hablo de comerlo en papilla de bebé, si no cuando un servidor tenía 4 o 5 años, comenzó a devorar en grandes cantidades dicho cereal, pero no era preparado, simplemente abría la lata y metía una cuchara para sacar el cereal en polvo, y de ahí me lo metía a la boca, eso era todo comer el cereal en polvo. De ahí lo humedecía un poco con saliva y lo iba comiendo poco a poco, cabe resaltar que soy el segundo de 16 nietos, eso quiere decir que, su servidor aprovecho a cuanto primo o prima nacía para aprovechar a comer los cereales que sus papás les compraban, tengo unos tíos que son como mis segundos padres, es en su casa donde lleve a cabo la mayor parte de mis fechorías, puesto que cuando no había cerelac, aprovechaba para hacer el mismo procedimiento, con la LECHE NIDO y el CHOCOMILK, mi tía siempre encontraba reguero en su cocina, y obviamente ya sabía que era yo el que se comía esas cosas, y así fui creciendo y aprovechándome de cuanto cerelac hubiera a mi alcance, es por eso que es uno de los sabores que me ha acompañado toda mi vida, confesión: seguiré comiendo el cerelac, de mis sobrinos, hijos y nietos jajaja. POR SABORES DE SIEMPRE, QUE NO SE OLVIDAN NUNCA.
Como verán, ejemplos abundan, y creo que no está mal acordarse de ellos, este tipo de recuerdos, son los que hacen nuestra vida placentera, mantengamos vivas esas vivencias, porque a pesar de que vamos creciendo, de ir creando nuevos recuerdos, conociendo nuevas cosas, nuevos olores, sabores, texturas, visiones, sonidos.
Siempre tendremos recuerdos que son para, HOY, MAÑANA Y SIEMPRE
PAZ.
