Buenos días mis estimados lectores (as), hoy les quiero dejar algunos escritos que me parecen interesantes, sobre lo que a los profesionistas en la materia llamada Ecología, nos enseñaron durante nuestra formación profesional. Y que sirven para dar otro enfoque, a lo que se está viviendo en la actualidad y que tiene a muchos preocupados, a otros sacando conjeturas, algunos investigando y a mi escribiendo. El tema viene relacionado con las cosas que nos afectan como humanos y no solo me refiero al virus de la influenza, que es la que nos preocupa ahora, si no todas aquellas que, por cuestiones que en ecología denominamos capacidad de carga, afectan a las poblaciones en este caso la humana (hambre, enfermedades, etc.) . He aquí lo que quiero compartirles. (noten las fechas en que se hablaba de eso)
BALTIMORE (9 de febrero de 1996). Si los seres humanos no pueden controlar su explosivo crecimiento de población en el próximo siglo, lo harán las enfermedades y el hambre, han concluido los ecologistas de la Universidad de Cornell, a partir de un análisis de los menguantes recursos.
"Un sombrío futuro, sin suficiente tierra cultivable, agua y energía para producir alimentos para 12.000 millones de seres se puede evitar y aún no está muy cercano", dijo un preocupado David Pimentel (el 9 de febrero) en la Asociación Americana por el Avance de la Ciencia (American Association for the Advancement of Science -AAAS-), en una sesión sobre “¿Cuántas personas puede soportar la Tierra?”. Las tecnologías agrícolas respetuosas con el medio ambiente no serán suficientes para asegurar una adecuada cantidad de suministros a las futuras generaciones, a menos que el crecimiento de la población humana sea restringido simultáneamente, dijo el profesor de ecología de Cornell, hablando a los investigadores autores del informe “El impacto del crecimiento de población sobre el suministro de alimentos y el medio ambiente.”
La “población óptima” que la Tierra puede soportar con un aceptable nivel de vida es menos de dos mil millones, incluyendo a menos de 200 millones en los Estados Unidos, recalcó el científico de Cornell. Pero si la población mundial alcanza los 12.000 millones, como se predice para dentro de 50 años, al menos 3.000 millones estarán malnutridos y serán vulnerables a las enfermedades, según determinó el análisis de los recursos de Cornell. El futuro agrícola del planeta -con una decreciente productividad de las cosechas- se puede ver en la China actual, sugirió Pimentel.
China posee ahora 0,08 hectáreas de tierra de cultivo per capita, comparadas con el promedio mundial de 0,27 hectáreas y las 0,5 hectáreas per capita consideradas el mínimo para una dieta diversa como la que disponen los habitantes de los EE UU y Europa. Cerca de un tercio de las tierras de cultivo del planeta se han abandonado en los últimos 40 años, debido a que la erosión las hace improductivas, dijo.
La competición por los suministros menguantes de agua dulce también se están intensificando, concluyeron los ecologistas de Cornell. La producción agrícola consume más agua dulce que cualquier otra actividad humana (alrededor del 87 %) y un 40% de la población mundial vive en regiones que compiten directamente por un agua que se consume más rápidamente de lo que se restablece. Es más, la escasez de agua exacerba los problemas sanitarios, señaló el análisis de los ecologistas. Cerca de un 90% de las enfermedades en los países en vías de desarrollo provienen de la falta de agua potable. A escala mundial, se contraen unos 4.000 millones de enfermedades cada año por el agua (en malas condiciones) y unos 6 millones de personas mueren por enfermedades derivadas del agua en mal estado, dijo Pimentel. “Cuando la gente enferma de diarrea, malaria u otra enfermedad seria, se pierde entre el 5 y el 20% de su ingestión a causa de la enfermedad” dijo.
Los precios de los combustibles fósiles subirán a medida que los suministros se vayan agotando. Mientras que los EE UU pueden permitirse importar más petróleo cuando sus reservas se agoten en los próximos 15 ó 20 años, los países en vías de desarrollo no pueden hacerlo, dijo Pimentel. “Actualmente, el alto precio de importación de los combustibles fósiles hace para los agricultores pobres difícil, sino imposible, la irrigación y el suministro de fertilizantes y pesticidas. Los análisis fueron dirigidos por Pimentel, profesor de entomología y de ecología en el Colegio de Agricultura y Ciencias de la Vida, en Cornell; Xueven Huang, un alumno del colegio; Ana Cordova, una estudiante graduada en el Colegio de Agricultura y Marcia Pimentel, investigadora en la División de Ciencias Nutricionales de Cornell.
Los ecologistas señalaron dos alarmantes tendencias: al mismo tiempo que la población mundial crece geométricamente, la disponibilidad de granos per capita, que representa el 80% de la alimentación mundial, ha estado cayendo en los últimos 15 años. Las exportaciones desde los pocos países que ahora disponen de los recursos para producir excedentes cesarán cuando cada bocado se necesite para alimentar a sus propias crecientes poblaciones, predijeron los ecologistas. Esto causará un cierto malestar económico a los EE UU, que cuentan con las exportaciones de alimentos para equilibrar su balanza de pagos. Pero el dolor real despedazará a las naciones que no podrán crecer lo suficiente, dijo Pimentel. “Cuando se alcancen los límites globales biológicos y físicos de la producción nacional, la importación de alimentos no será una opción viable para ningún país”, dijo. “En este momento la importación de alimentos para los ricos sólo se podrá mantener privando de alimentos a los pobres sin poder”.
Creo que de aquí pueden hacer algunas reflexiones importantes, a continuación les dejo otra parte de una investigación que me parece interesante.
“Los ecologistas definen ‘capacidad de carga’ como la población de una determinada especie que un hábitat definido puede soportar indefinidamente, sin dañar permanentemente el ecosistema del que son dependientes. Sin embargo, debido a nuestra variable tecnológica cultural y los diferentes modelos de consumo y comercio, no se puede aplicar para los seres humanos un simple conteo de individuos vinculado a un territorio. La capacidad de carga humana tiene que ser interpretada como la tasa máxima de consumo de recursos y descarga de residuos que se puede sostener indefinidamente sin desequilibrar progresivamente la integridad funcional y la productividad de los ecosistemas principales, sin importar dónde se encuentren estos últimos. La correspondiente población humana es una función de las relaciones entre el consumo material y la producción de residuos per capita o la productividad neta dividida por la demanda per capita (Rees 1990). Esta formulación es un ajuste sencillo de la ‘Tercera Ley de la Ecología Humana’, de Hardin (1991):
(Impacto humano total sobre la ecosfera) = (Población) x (impacto per capita)
Las anteriores versiones de esta ley son de Ehrlich y Holdren, quienes reconocen también que el impacto humano es un producto de la población, de la afluencia (consumo) y de la tecnología: I =PAT (Impacto = Población · Afluencia · Tecnología) (Ehrlich y Holdren 1971; Holdren y Ehrlich 1974). El asunto importante aquí es que una tasa dada de disponibilidad de recursos puede sustentar a poca gente con un buen nivel de bienestar o a más gente en niveles de subsistencia.
Ahora, la inversa de la capacidad de carga tradicional proporciona una estimación de las exigencias de capital natural en términos de territorio productivo. En vez de preguntarse qué población puede soportar una región determinada de forma sostenible, la pregunta es ¿cuánta tierra productiva y agua de los diferentes ecosistemas se necesita para mantener la población de una región determinada indefinidamente y con los niveles de consumo actuales?
Nuestros datos preliminares para las regiones desarrolladas sugieren que el consumo primario per capita de alimentos, productos madereros, combustible y capacidad de procesamiento de residuos en forma continuada, exige hasta varias hectáreas de ecosistema productivo, cuya cantidad exacta depende de los niveles promedios de consumo (esto es, del flujo de utilización de recursos). Este promedio per capita ‘planetoide personal’ se puede utilizar para estimar el área total exigida para mantener a una población dada. William Rees llama a este área conjunta la “huella ecológica” relevante de una comunidad sobre la tierra (ver figura 20.2) (Rees 1992).
Este acercamiento desvela que la tierra ‘consumida’ por las regiones urbanas es, típicamente y como mínimo de un orden de magnitud mayor que la que contienen sus demarcaciones políticas o el área construida asociada. Esas brillantes estrellas económicas que son las ciudades son, sin embargo, un agujero negro entrópico absorbiendo recursos materiales concentrados y la producción de baja entropía de una amplia zona dispersa muchas veces superior al tamaño de la ciudad en sí. Citando a Vitousek et al. (1986), decimos que los asentamientos (de población) muy densos ‘se apropian’ de la capacidad de carga de cualquier lugar del planeta y tanto del pasado como del futuro (Wackernagel 1991).
La región del valle Lower-Fraser de Vancouver, en la Columbia Británica, sirve como ejemplo. Simplificando, se puede considerar el uso ecológico de la región boscosa y arable para alimentación doméstica, productos forestales y consumo de energía fósil en sí misma: suponiendo un promedio de la dieta canadiense y las prácticas normales de gestión, se requieren 1,1 hectáreas de tierra per capita para producción alimenticia, 0,5 hectáreas para productos forestales y se exigirían 3,5 hectáreas para producir la energía de biomasa (etanol) equivalente al consumo per capita actual de energía fósil Además, se requiere un área comparable de bosque templado exclusivamente para asimilar las actuales emisiones de CO2 per capita (ver ‘Calculando la huella ecológica’). Así, para soportar solamente su alimentación y el consumo de energía fósil, el millón setecientos mil personas de la región exigirían, de forma conservadora, unos 8,7 millones de hectáreas de tierra en producción permanente. El valle tiene, sin embargo sólo 400.000 hectáreas. Por tanto, la población de esta región, ‘importa’ la capacidad productiva de al menos unas 22 veces la superficie de tierra que ocupa ahora para mantener sus estilos de vida (ver figura 20.3). Con unos 425 habitantes por Km2 la densidad de población del valle es comparable a la de Holanda (442 personas/km2)
Incluso con consumos per capita generalmente menores, los países europeos viven mucho más allá de sus posibilidades ecológicas. Por ejemplo, la población de Holanda (ver figura 20.4) consume los recursos de una tierra productiva unas 14 veces mayor de la existente dentro de sus propias fronteras (aproximadamente unos 110.000 km2 para alimentación y productos forestales y 360.000 km2 para energía (datos básicos del World Resources Institute, WRI de 1992).
Una explicación sencilla: estamos sobreexplotando los recursos, somos más de los que el planeta puede sostener, al menos mientras sigamos con nuestro sistema consumista actual y esas cosas tarde que temprano se pagan, los ambientes naturales (ecosistemas), tienden a buscar su equilibrio, con la finalidad de no sobrepasar su capacidad de carga, cuando esto sucede, (que una especie supere esa capacidad), se habla de que la población de esa especie, se está convirtiendo en una plaga, ¿nos estaremos convirtiendo en eso para el planeta?, la tierra tendrá que buscar su equilibrio y quizá eso implique ponernos en nuestro lugar a costa de lo que sea.
Observación: Supongo que es error de traducción, pero quiero dejar claro la diferencia de un concepto.
Ecologista: es aquella persona interesada en los temas medio ambientales, la preservación de los ecosistemas y la protección de los mismos, no necesita una base científica solida, simplemente la convicción.
Ecólogos (as): profesionales de la ciencia llamada Ecología, tienen bases científicas de las cuales se apoyan, para explicar los fenómenos que ocurren en los ecosistemas.
Y no es por egocentrismo, que hago la diferencia, de hecho el que muchos sean ecologistas es bueno para todos, simplemente es un error muy común cuando de mi carrera se habla, y siento que es mi deber explicarlo.
PAZ
Hola. Soy hermana de Bertha y me dio la dirección de tu blog (dice que está muy interesante). Apenas estoy leyendote y veo que, en efecto, está interesante.
ResponderEliminarSaludos :)
Hola... quiero mas historias sobre mi personaje favorito, es mas exijo mas hisotiras de CLODOMIRO...!!!!se ve se siente, Clodo esta presente!!!!jajaja...
ResponderEliminarSaluditos
bvida
osea despues de la hitoria de clodo, pretendes hablarnos del planeta buuuuu buuuuu buuuuu
ResponderEliminarya bastante depresion con la influenza
chaito
Pues bastante interesante el tema de la tierra, de hecho es algo que la gente no piensa, y siguen consumiendo y consumiendo, ahora tenemos también que pensar mas sobre la natalidad y como podemos ayudar al planeta. Y claro sobre CLodo, pues es que acaparo la atención con una novia tan peculiar jajajajajajaja De todos modos excelente tema.
ResponderEliminarOye me gustaría citar este artículo en un trabajo, me podrías dar tus datos para citarte?
ResponderEliminarte agradezco
Claudia
mi correo mariaclau17@gmail.com