HE-MAN VS "DEBILES"

Buenos días mis estimados lectores (as), hoy me doy a la tarea de dar mi opinión sobre un tema al que yo denomino HE-MAN.

Y es que, a quien no le ha pasado que se topa con personas que se sienten los hombres más poderosos del universo, y no hablo precisamente de fuerza bruta, si no de aquellos que con haber conseguido un logro (principalmente monetario), piensan que pueden hacer lo que quieran, con quien quieran y a la hora que quieran.

Bien, ese tipo de personas solo busca demostrar que tiene poder, desgraciadamente muchas de las veces lo logran, pero todo es en base a explotar nuestras debilidades y/o vicios humanos.

Ejemplo, llega un HE-MAN a un restaurante, exige la mejor mesa, así haya gente esperando antes que él, ofrece dinero y obtiene la mesa, a partir de ahí comienza el suplicio, primero para los meseros, los cuales llegan con una sonrisa y cierto nerviosismo a atender a dicho personaje, ponen su mejor cara y el tipo ni se percata de su existencia, ellos son un aditamento más del lugar al cual hizo el favor de venir, y si estamos de acuerdo que en un restaurante son prestadores de servicio y que se deben al cliente, pero debemos quitarnos la dignidad siempre que están en juego unos pesos?, cada quien su opinión, en fin el tipo siente que no le están dando el servicio que merece, (merece? Porque? Por ser un imbécil?), en fin después de tratar como estúpido al mesero, regañarlo y mandar a hablar a su superior, mismo que llega y termina de poner como idiota al mesero, a regañarlo por no tratar como se debe (“·&$!$”·) a dicho personaje, se disculpa con el HE-MAN, casi casi ofreciéndole a su hermana, esposa y sra. Madre como compensación. Termina la comida, paga con tarjeta, no deja propina por el mal servicio y se va mal encarado.

La misma versión vista desde el punto de vista del mesero, me despierto muy temprano porque mi hija de 4 años, tuvo tos toda la noche, en el restaurante solo me dan seguro social y tengo que llegar antes de las 6 am a sacar cita, pero el hospital me queda a una hora en el único camión que pasa por mi casa, me despierto a las 4 am, (eso de despierto es un decir, porque la tos no nos permitió dormir en la noche), me baño y me voy a sacar cita, ruego a Dios que mi hija se alivie y que hoy pueda obtener muchas propinas, por si no hay medicina suficiente (lo más seguro) y tengo que comprarlas yo. Después de lidiar con una cola enorme en el seguro por fin logro una cita para mi hija, creo que hoy va a ser un buen día, y a pesar de que las encargadas de repartir fichas me trataron como si me hicieran un favor, me voy a mi trabajo más tranquilo. A las 7:30 am paso a desayunar unos tacos en cualquier lado que sea barato, el taquero nos atiende con una sonrisa y bromea, me hace reír un poco, ya no pude regresar a la casa pero mi esposa podrá llevar a la niña al hospital, no me puedo dar el lujo de faltar a mi trabajo por ese motivo. Llego al restaurante donde laboro, se me nota un poco el cansancio pero no dejare que eso me desanime, me lavo la cara con agua fría y comienzo mi día (laboral, el normal comenzó a la misma hora de la tos de mi hija), y le hecho todas las ganas del mundo sonrío a los clientes, les doy las mejores sugerencias, limpio bien las mesas en fin hago mi trabajo lo mejor que puedo y un poco más.

En la tarde, comienzan a llegar los clientes a comer, es mi segunda oportunidad para lograr las propinas que tanta falta me hacen, llega un señor que exige mucho, al parecer es de dinero por como hizo que le dieran la mesa, hablo con el capitán de meseros y le pido que por favor me deje atenderlo (de antemano sabe que necesito dinero extra), por lo cual accede y yo presuroso llego con mi mejor cara y sonrisa a la mesa de dicho señor, al principio parece que mi presencia no fue notada, jamás volteo a verme mientras ordena, por lo tanto no se fijo de los esfuerzos que hago por complacerlo, le pido autorización para sugerirle algo, a lo cual me contesta que si necesitara una sugerencia de seguro no sería de alguien como yo, no me desanimo se que al final podre juntar el dinero para mi hija, sonrío tragando un poco mi orgullo y le contesto que eso es muy probable y le pido disculpas, su comida no tardo en salir, pero para él fue una eternidad por lo cual me recibe de mala cara, insultando el servicio y corriéndome de la mesa, yo sigo esforzándome pero por más que lo hago menos rinde fruto. Al final se molesta por el sabor de la comida, grita, manotea y manda a llamar al gerente, el cual me regaña delante de todos, (sabiendo de antemano que yo no cocino). Y el cliente se va molesto, por lo cual no deja propina. Suspiro, ya habrá otro cliente más, mientras me lavo la cara y sonrío.

Como verán, la pérdida de sensibilidad hacia los demás, el enfoque que tenemos de que mientras más dinero, propiedades, etc., seremos mejores. Nos hacen unas personas no tan agradables. No señores el dinero no nos hace mejores personas, son nuestras acciones. Y no digo que tener un buen trabajo, buena casa sea mala idea, simplemente es no olvidar el hecho de que todos somos humanos y al final eso es lo que importa. Al final todos sangramos. Imagínense que el cliente tuviera un tipo de sangre extremadamente rara, que casualmente el mesero también tiene y que saliendo del hospital choca su flamante coche por no ceder el paso. En el hospital se está muriendo, requiere de donantes, pero no hay. Al final ofrecen mucho dinero por conseguir esa sangre, sin querer el mesero se entera y va a donar sin cobrar ni un peso. El HE-MAN, salva su vida por esa sangre, sangre de naco, de meserete, de débil, de pobre...pero al fin sangre, igual a la de él…que harían ustedes?...

Como complemento diré, que también existen versiones femeninas denominadas SHE- RA

PAZ